domingo, 11 de marzo de 2012

LAS CONTRARREFORMAS NEOLIBERALES

Por Hildebrando Gaytán Márquez (PPS)

Las políticas encuadradas en el modelo económico neoliberal son denominadas por sus defensores “reformas estructurales” para esconder su verdadero carácter. Todos los días vemos en los canales de las dos compañías que monopolizan la Televisión del país, Televisa y Azteca, cómo insisten la mayoría de los que transmiten las noticias, de los politólogos con programas especiales y los entrevistadores, en la insistencia de que se aprueben “las reformas que necesita el país”, y de que de su aprobación depende que haya “desarrollo y empleos”. Verdadero sofisma al que recurren estos medios de información, que se explica por los altos ingresos que reciben por transmitir y defender las ideas y la ideología que sirve a los intereses del gran capital internacional y nacional.
Las reformas que quieren, con el carácter de contrarreformas neoliberales, son: la reforma energética, para dar entrada al capital privado de las trasnacionales del petróleo en PEMEX;la reforma fiscal, para que el pueblo pague IVA en medicinas y alimentos, y la reforma laboral, para eliminar derechos de los trabajadores que permitan mayor plusvalía a los patrones.
En el primer caso, dicen que la oposición a que PEMEX abra sus puertas al capital privado es una actitud de un nacionalismo del pasado. Argumento falso. El nacionalismo no puede morir y menos, en tanto existan fuerzas y potencias de dominio y expoliación.
El nacionalismo “del pasado” que critican los neoliberales, alcanzó niveles importantes, en primer lugar, cuando el Presidente Lázaro Cárdenas y la clase obrera capitaneada por Vicente Lombardo Toledano, hicieron posible la expropiación y nacionalización de las compañías petroleras extranjeras; después, cuando López Mateos nacionalizó la industria eléctrica de la Compañía Luz y Fuerza, y determinó que en PEMEX no se daría “ni un paso atrás”, manteniendo, asimismo, el cumplimiento de la Ley que asignaba al Estado, de manera exclusiva, la explotación del petróleo y gas natural, el manejo de refinerías y participación en petroquímica básica, aspectos que se han venido echando abajo paulatinamente, a partir del gobierno de Miguel de la Madrid y todos los sucesores, incluyendo el actual. La explicación ha sido siempre la misma: “nada más este sector…”, “nada más esta parte…”
Esta política de ceder sistemáticamente partes del patrimonio nacional a las peticiones o exigencias del gran capital trasnacional son simple y sencillamente claudicaciones en el proyecto histórico de nación y actos contra la Soberanía, aherrojando a México a la dependencia y la subordinación.
La argumentación de que toda la economía hay que dejarla en manos de la Iniciativa Privada porque el Estado es mal administrador y el mercado por sí mismo da un curso de justicia a la economía, es falsa y ha caído por su propio peso en todo el mundo y en México, corroborado en estos años que van del Siglo XXI.
Ahora recurren a exaltar lo hecho en Brasil estos novísimos seguidores de Lula en el país, pero les decimos que Brasil tiene su propia historia y problemas, a los cuales deseamos que les vaya bien; nuestro país tiene su propia trayectoria histórica y problemas propios. México ha hecho tres revoluciones profundas que han enriquecido los ideales del pueblo mexicano y su concepto de Patria. La industria petrolera y la industria eléctrica son puntos sensibles de la soberanía nacional.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA), además de impuesto indirecto, es un indicador que nos demuestra el fracaso de los gobiernos de los últimos 30  años.
El IVA se empezó a aplicar en 1980, en términos de un 10%, sin aplicación en varios productos, entre ellos medicinas, alimentos y libros. En la actualidad llega ya a 16%, lo cual significa 6% más del momento de su creación. Esto quiere decir que el gobierno federal, en lugar de cobrarles a los grandes capitalistas los impuestos que les corresponde pagar, y que se los perdona, en cambio ha venido aumentando los ingresos del gobierno a cargo del consumo, lo cual afecta de manera preponderante al pueblo.
Por cada punto porcentual del IVA, el gobierno toma 34 mil 700 millones de pesos. En el año que concluyó, el gobierno recibió, según la Ley de Ingresos, 555 mil 677 millones de pesos. Esto significa un desembolso del pueblo por 208 mil 200 millones de pesos, a cargo del 6% que se incrementó a partir de su entrada en vigencia. ¡Y quieren aplicarlo en alimentos y medicinas!
La llamada reforma laboral es la destrucción de parte importante de los derechos de los trabajadores y sus sindicatos, plasmados en el Art. 123 de la Constitución y en la Ley Federal del Trabajo, cuyo texto esencial data de 1970. El objetivo es garantizar a los grandes empresarios mejores utilidades, a costa de los salarios, las prestaciones y las condiciones de trabajo de los trabajadores. Estas medidas en contra de los trabajadores, en la práctica se están llevando a cabo, no solamente en las maquiladoras y otras empresas, sino en el mismo Gobierno Federal actual.
El pueblo de México, los trabajadores y de manera especial los sectores nacionalistas y democráticos de la vida política del país, que hasta el momento han puesto una enérgica resistencia a la implementación de esas medidas, como ha sido el sector progresista del PRI y de otros partidos, tienen una gran responsabilidad al respecto, para evitar que se aprueben estas contrarreformas neoliberales, porque de aplicarse dañarán más la economía popular y se cerrarían vías pacíficas al progreso y desarrollo propio de México.

En “Maestros de México”. Publicación del Frente Revolucionario de Unidad Magisterial, No. 40.  

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