domingo, 11 de marzo de 2012

Democracia, enajenación y sucesión 2012 (2.1)


Por Ulianov Marín (PPS)

El artículo anterior hablaba a grosso modo de generalidades alrededor de los temas que titulan esta serie, en esta oportunidad pretendo abordar de forma tanto más sistemática (que no académica) el concepto democracia. Debo disculparme de antemano con los eruditos y puristas, por la carencia de citas y referencias en estos textos, la razón de esto es que tengo más confianza en el uso crítico de Mijail Bajtin y Silvio Rodríguez que en los acartonados académicos de gabinete que en nada contribuyen a la revolución. Hay enorme diferencia entre los académicos de gabinete y los intelectuales que aplican la teoría del materialismo-dialéctico para la solución de los problemas de forma científica, o sea la transformación de la realidad.

Y es ese punto, la realidad, lo que presta fundamento y razones a estas peroratas y a la vista de esta realidad que ofrece la comprobación objetiva de los fenómenos poco hay que especular. Es por eso que podemos gritar junto con el comandante Fidel que Bush es un asesino y que en la Casa Blanca hoy vive otro asesino a quien le han dado el Premio Nobel de la Paz y que la mínima ética le obligaría a devolverlo y al no existir esa devolución se puede comprobar de forma objetiva su falta de esa calidad humana, la ética.

El anterior es ejemplo simple de cómo la realidad permite comprobar los planteamientos sin teorizar ni especular. Pero el día de hoy les molestaré con argumentos alrededor del concepto de democracia, como había advertido:
El cuarto párrafo de la reflexión del comandante Fidel Castro del 10 de noviembre de 2011 sobre las elecciones en Nicaragua, dice:

«Debo decir que las elecciones en Nicaragua fueron al estilo tradicional y burgués, que nada tiene de justo o equitativo, ya que los sectores oligárquicos, de carácter antinacional y proimperialistas disponen como norma del monopolio de los recursos económicos y publicitarios, que en general, y de modo especial en nuestro hemisferio, están al servicio de los intereses políticos y militares del imperio, lo cual resalta la magnitud de la victoria sandinista.»

Esta descripción de las elecciones en Nicaragua corresponde a la manera "sanísima" de los sistemas electorales propios de las democracias representativas. Por supuesto que si leemos completa la reflexión referida encontraremos también una fervorosa defensa del compañero Fidel a la revolución sandinista, es decir que el problema puntual en Nicaragua es el modelo “democrático” que ha usado, no la revolución a la que el pueblo ha aprobado con una votación de “mayoría absoluta” y un altísimo porcentaje de votantes, sino el sistema electoral heredado de los 17 años de democracia representativa burguesa y que el pueblo nicaragüense aún sufre, pero no por mucho más porque la revolución avanza.

Los puntos importantes en el párrafo fideliano que aquí se cita, son los que revelan la práctica sectaria que la burguesía tiene sobre los modelos electorales, porque sólo ellos (los burgueses) tienen los recursos para “invertir” en campañas electorales. Esto aunque en México exista una aparente distribución de recursos públicos a los partidos políticos por medio de las prerrogativas y que en teoría existan límites de gastos que nunca se cumplen y siempre son motivo de más gastos y desgaste en la forma de juicios en los tribunales electorales... claro, también es que en realidad estos órganos de gobierno (nada democráticos porque no son elegidos por el pueblo, sino designados por el ejecutivo y ratificados por el legislativo), son quienes “deciden” al final quién gana los procesos electorales, la pregunta entonces es ¿para qué tanto desgaste en las campañas y procesos electorales de las democracias representativas burguesas, si al final será un juez quien decida el ganador?

En México la democracia representativa presenta factores comunes a los existentes en todo el mundo, factores que no es necesario enumerar. Sin embargo, sí es necesario apuntar las cuestiones que han originado el surgimiento de los grupos de indignados, acampados, ocupadores (que no “ocupas”), 99% y similares:

-       A nivel de las consignas relativas a la democracia, lo primero es el nombre original del movimiento español «¡democracia real ya!»: contrapuesto a una democracia falsa, falaz, fascista, sectaria, antidemocrática (aunque me acusen de tautología), o sea representativa y burguesa. Los pueblos europeos empezaron exigiendo esto, una posibilidad real no solo de que en la apariencia les “dieran permiso” de elegir a sus representantes si no de desarrollar de forma plena su condición humana.

-       La segunda en este ámbito sería el «¡no nos representan!»: resulta notable que en las democracias representativas, los representantes electos en “democracia” no representan a quienes supuestamente les eligieron, esto se acentúa de forma oprobiosa en los países (la mayoría) que no reconocen en sus reglamentaciones jurídicas la revocación de mandato ni el plebiscito popular para tal efecto, por lo que el representante una vez electo, se convierte en un practicante de la prostitución que vende sus servicios legislativos o ejecutivos al mejor postor (no hablaré del podrido sistema judicial que en el capitalismo es prostituido por naturaleza, la balanza de la justicia “ciega” se inclina invariablemente por el que más paga).


-       En seguida la falta de credibilidad en las instituciones por desprestigio (enajenación) de las mismas, expresado en el «¡no les votes!» o «¡el pueblo unido funciona sin partidos!»: a la cabeza de estas instituciones enajenadas se encuentran los partidos políticos. A esto hay que insistir, que un partido político es una institución dedicada a defender los intereses de una clase social, por lo que en el capitalismo sólo pueden existir dos como dos son las clases sociales, pero no se trata aquí del bipartidismo “mono-clase”. En las democracias representativas occidentales, incluyendo México se ha anulado a los partidos de la clase trabajadora, a los partidos materialistas-dialécticos y se ha alentado a los frentes de masas que terminan inclinando su balanza hacia los capitales, o sea que su principio único de vida es el dinero, por eso son antidemocráticos y siempre viven en pugnas, más o menos escandalosas, por las posiciones de poder, para ganar puestos de elección popular y poder venderse al mejor postor (en la comunicación anterior se ha hablado sobre esto).

-       Derivado de lo antidemocrática que resulta la relación jurídica del pueblo con las instituciones de las democracias representativas se exige «¡Por una ley electoral justa!»: no hay mucho que abundar al respecto cuando antes hemos dicho que en toda democracia representativa la justicia ciega duerme en el lecho de quién más paga, y en materia electoral no es diferente, esto resulta ridículo a la vista que es el poder judicial y no el pueblo quién determina el ganador de las elecciones.

-       La situación de prostitución literal de los funcionarios “empoderados” que permite el sistema electoral enajenado redunda en consignas como «¡Ningún político corrupto en una lista!»: los “raspas”, “arrabaleros”, “indecentes”, “plebeyos”, “nacos” y calificativos similares seguimos preguntándonos cómo es posible que personas tan cultas y decentes como los políticos corruptos tan llenos de doble moral y faltos de ética como Obama, que se esfuerzan tanto diariamente por hacer de la política un circo barato y alejar al pueblo de la práctica política, siguen apareciendo en listas de candidatos y ridículamente siempre tienen un puesto para seguirse vendiendo al mejor postor como el gobierno panista se vende a sus “cuates” los narcos.

Ejemplos sobran para hacer de este cuento un sainete hilarante sazonado por Rabelais o una tragedia lacrimosa digna de la maestra Vargas Dulché.

La realidad demuestra cosas tétricas alrededor de todo este entuerto, el primero es lo que toca al mismo concepto democracia: la burguesía ha relegado el concepto democracia al simple acto electoral y ha vendido en las escuelas la idea sobre el origen helénico de la práctica democrática, la realidad demuestra que nada tiene que ver la práctica democrática esclavista de la Grecia antigua con la práctica burguesa. Para empezar hay más de dos mil años de distancia y el feudalismo en el medio, pero le han dado ese “certificado de nacimiento” para legitimar su falacia pseudo-democrática de “representación”, lo mismo hicieron los occidentales con el total de su cultura que fueron imponiendo a todo el mundo hasta llegar al monstruo antihumano llamado imperialismo neoliberal. Es decir que del total de la cultura actual poco tiene que ver realmente con la cultura helénica pero siguen vendiendo ese cuento igual que aquella historia sobre un gobierno que inició una guerra contra los narcotraficantes, lo que ellos no saben es que nosotros sabemos que los panistas y los narcos están en el mismo bando.

En realidad el estudio sobre la democracia que se practicaba en la Grecia antigua es importante pero poco aporta a la solución de los problemas actuales, en este caso lo que importa es hablar sobre lo que implica la democracia hoy y para quién. A esto sólo diré que -cómo ha sido expresado en el texto anterior- este planeta ya no soporta democracias representativas como no soporta producción industrial irracional ni su libre mercado porque genera caos ecológico y tampoco soporta más seres humanos.

Se requiere de democracias populares, donde se practique la democracia como la igualdad de oportunidades para desarrollar las habilidades individuales y así tener posibilidades de aportar a la evolución del colectivo, siempre en convivencia pacífica entre los seres humanos y relación respetuosa con el medio. Democracia real es igualad de posibilidades para el desarrollo total del individuo. El capitalismo ha demostrado durante tres siglos que no es capaz de satisfacer esta necesidad.

Concluiré este texto hablando de la función del partido materialista-dialéctico en el contexto de los tipos de democracia y de algunas estrategias de acción de acuerdo a un análisis de pros y contras sobre las experiencias de los indignados pero será en una segunda entrega dado que he llegado a completar el espacio máximo que me puedo permitir para hacer posible la lectura de estos comunicados. 

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