domingo, 11 de marzo de 2012

Democracia, enajenación y sucesión 2012 (5.1)

Entre el votar y la inutilidad de la elección burguesa
Por Ulianov Marín (PPS)

Iniciar por donde terminé el texto anterior ya es un exceso, porque es la tercera vez que se repite en la serie: «lo electoral no es la solución, pero es una estupidez no votar». 

No votar da margen a la derecha, sobre todo a los panistas, el fascismo intolerante, de tener un “cerco de seguridad” porque mientras el pueblo no vota, los esbirros de la burguesía votan en masa (incluso varias veces) y sus candidatos son electos por un porcentaje ridículo de electores, 14% en el caso de Obama por ejemplo. En realidad todo aquel que llame a no votar está trabajando para la reacción, trabaja en favor de que la burguesía conserve el poder político y de que el pueblo sea “controlado”, la palabra exacta esoprimido en todo sentido.

El problema es que el sistema electoral en las democracias representativas mantiene ese margen como garantía de su funcionamiento, falaz por génesis pues está basada en la doble moral “natural” de la cultura del capitalismo. No existe una representación real, veamos el caso Obama: la estadística revela que fue electo sólo por el 14% de la población en edad para votar, lo que hace imposible que al otro candidato lo haya votado más del 13.9% por lo que la participación en la elección no pasó del 27.9% (datos que redundan en “cuentas alegres” y es meramente especulativo) ¿qué pasó con el 72.1% restante? Hay necesidad de aclarar que no estoy hablando de la población general, sino exclusivamente de los que tienen derechos electorales y que reduce mucho el espectro, los inmigrantes ilegales no tienen voz ni voto, por el contrario son perseguidos como criminales o incluso “cazados” (como animales) por los minutemen o la policía de algunos condados de Arizona principalmente.

Esta forma de practicar la democracia si tiene alguna cercanía con la forma de democracia practicada en las polis de la antigua Grecia donde sólo un pequeño grupo de esclavistas tenía derecho a “elegir” a los representantes. Sólo faltaría que aplicaran la ley “de la cicuta” para los ciudadanos más prominentes, como el caso de Sócrates.
En México la situación no es diferente, aunque no se vive una segregación social tan hipócrita y evidente. Para la última elección la cifra ficticia marcó un 35.89% de votos para el criminal que “finge” de presidente en México, la cifra real es 19.23% en tanto el cien por ciento del padrón electoral son 77,970,457 y no 41,791,322 (supuesta cifra de participación). No obstante las cifras del IFE son obviamente “maquilladas” y poco confiables y aun que a Calderón le fue “cinco puntitos” mejor que a Obama, la realidad es que si esos 36,179,135 hubieran votado bajo ninguna circunstancia estaríamos (todos los mexicanos) metidos en esta falacia que llaman “guerra anti-narco”, financiada por el gobierno Yankee (por ejemplo mediante el programa rápido y furioso), aunque las políticas económicas serían más o menos las mismas (adelgazamiento del estado “obeso” en términos “antiguos”), habría programas asistencialistas a manera de “limosna paliativa” para controlar a los más pobres sin solucionar realmente los problemas y seguramente una política exterior más sana, es decir que la sumisión a los designios del norte no se dejaría ver con tanto cinismo.

Lo anterior parece especulativo en tanto la supuesta izquierda no llegó a hacerse con el poder político, sin embargo resulta completamente científico y lógico si se analiza la plataforma electoral que postulaban en 2006 y también los planteamientos de la actual “precampaña”, además la evidencia de las políticas aplicadas en el Distrito Federal y las divergencias enormes en las políticas aplicadas en Michoacán, Zacatecas o Guerrero, lo que demuestra falta de unidad ideológica, estratégica y táctica. Por supuesto, cada sitio es distinto y requiere de soluciones singulares y particulares, pero las políticas para resolver los problemas de contexto nacional deben representar una unidad en tanto esos problemas son generales y en la medida que se trata de problemas generales a resolver en un ámbito singular o particular (estatal o municipal) el problema es ubicar y coordinar las políticas, estrategias y tácticas pertinentes para cada caso, la evidencia es que los gobiernos de la supuesta izquierda no tienen esa capacidad.

El caso es que si esos 36,179,135 electores hubieran votado no estaríamos viviendo la estupidez calderoniana, heredera directa de la ignorancia foxiana. Por supuesto que de un alevoso de supuesta izquierda a un ignorante de derechas siempre se preferirá a alguien que pueda pensar por si mismo. El problema con los derechistas es que son incapaces de pensar por si mismos, todo lo que tienen que hacer llega por orden directa de los que diseñan las políticas para los países “subdesarrollados” en las potencias del norte. Es decir que el señor presidente de este país y sus esbirros (el gabinete antes que nada) sólo son operadores de los poderes fácticos como el que representa el club Bilderberg, no tienen capacidad para resolver problemas porque tienen que esperar las ordenes de otros y si tomamos en cuenta que una de las delimitaciones sobre la inteligencia es «la capacidad para resolver problemas»... puedo decir que el actual gobierno mexicano puede ser clasificado del lado contrario de “lo inteligente”.

En esta dinámica de máscaras políticas, “la danza de los grupos”, la asociación de los personajes a cierta corriente ideológica... juegan especial papel los grupos ubicados en los extremos: la ultra-izquierda y la ultra-derecha.
Dice la sabiduría popular que la serpiente se muerde la cola. Cuando se ha tenido oportunidad de comprobar que nada es más sabio que los pueblos, se sabe también que hay que atender a estas sentencias aunque algunos eruditos les consideren “lugares comunes”.

El caso con las posturas extremas es justo la serpiente que se muerde la cola, ese círculo cerrado que deriva en conductas fanáticas que impiden el raciocinio y en el caso de las cuestiones políticas, es igual a convertirse en grupos violentos de presión que sólo contribuyen a generar justificaciones ficticias para que la burguesía aplique literalmente el fascismo que implica la anulación de las garantías individuales y pasar por encima de los derechos humanos... bueno, los derechos humanos para la burguesía sólo son un pretexto para levantar falsos a las revoluciones triunfantes e invadir países para robar sus recursos naturales.

Uno de esos grupos extremos es Al Qaeda formado y financiado por la CIA, dirigido por uno de los socios comerciales de George W. Bush, Osama Bin Laden que era agente de la misma CIA, un secreto a voces. El caso es que esta organización extremista-fundamentalista sirvió a la gran burguesía del mundo (oligarquía imperialista sería mejor nominativo en este caso) para iniciar en 2001 la agresión general contra los pueblos del mundo que ha derivado en la crisis sistémica que desde 2008 hace más pobres a los pobres y más ricos a los ricos, que genera situaciones tan intolerables como que en México existe el hombre supuestamente más rico del planeta mientras la mayoría de los mexicanos viven en la miseria.

Si hace falta más claridad: en este invierno de 2011 ya no es posible seguir omitiendo que fue la oligarquía imperialista usando de su principal títere, el gobierno Yankee, quién derribó las torres gemelas para iniciar la aplicación de estrategias fascistas a nivel planetario, para eso uso de un grupo extremista. La misma misión tenían los grupos de ultra-izquierda en la Latinoamérica de los 90’ del siglo pasado, por ejemplo Sendero Luminoso dio pie para los abusos del fujimorismo en Perú y el EZLN desvió la atención del “error de diciembre” al provocar una falsa sensación de riesgo de guerra civil en México e infundir miedo en la gente, la misma estrategia que aplicaron a nivel global con el terrorismo.

No es extraño que las grandes cúpulas de “des-informadores” asociados a los medios masivos de comunicación traten de ocultar de la forma más burda y a rajatabla que Rafael Sebastián Guillén había sido un empleado de Carlos Salinas y que éste le había encomendado la desestabilización de México para generar problemas a su enemigo político Ernesto Zedillo quién, por cierto, acababa de ganar la presidencia de la república y asumiría el cargo el primer día de diciembre de 1994, el primer trabajo (se había dicho) enmascarar el “error de diciembre”. “Marcos” y su EZLN han servido desde entonces para los más sucios y enmascarados trabajos de la burguesía.

En esto antes que otra cosa, hay que insistir que en la apariencia existen grupos divergentes en postura política, ideología, situación de clase, etc. Pero en la práctica es evidente que todos los grupos con posibilidades electorales -o sea registro y prerrogativas- responden a las mismas cuestiones: la primera es hacerse con el poder a como de lugar y cueste lo que cueste (el tristemente célebre “haiga sido como haiga sido”) y la segunda venderlo al mejor postor o mejor en partes, así se pueden vender la política exterior y la energética a la oligarquía imperialista mientras la interior se vende al narco y “sus cuates”.

En este orden se distinguen también que estos grupos “ultra-lo que sea” cuentan con una magnifica estructura o plataforma de diseño mercadotécnico que no corresponde a lo que implica una línea ideológica sino a una estrategia de venta. Así que hace seis años trataron de vendernos “la otra campaña” y con eso ayudaron a que los fascistas se quedarán “en la silla” por seis años más, habrá que esperar que estrategia de mercado se inventan para esta elección.
Con todo esto, es una forma sencilla de comprobar a que intereses sirve cada grupo verificando quién llama a no votar... claro si he podido comprobar la primera premisa de este punto: no votar es una estupidez.

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