domingo, 11 de marzo de 2012

Democracia, enejenación y sucesión 2012 (2.2)

Por Ulianov Marín (PPS)
  
Del estudio de la realidad objetiva que se verifica en el ámbito de la democracia, ya no como concepto simple y manipulable, sino como uno de los fenómenos culturales relativos a los mecanismos por medio de los que el colectivo humano se organiza, causa de una serie de consecuencias donde la mínima es la oportunidad de elegir representantes y la máxima la posibilidad de desarrollo total de la condición humana en el individuo.
  
Democracia “por debajo” (que es el tema de estos textos) implica entonces la cuestión electoral, o sea que es la parte más burda o menos evolucionada de este complejo fenómeno cultural. La afirmación anterior tiene comprobación en la sustitución de ese modelo electoral por modelos más equitativos y civilizados -como el cubano- que en principio prohíben las campañas electorales porque:
  
-   Son maniobras comerciales que tienden a enajenar la posibilidad de elección libre por medio del condicionamiento mecánico, por eso las personas “toman coca-cola”.
  
-   Son generadores de corrupción en las sociedades que basan sus parámetros éticos en la doble moral burguesa, es decir que los individuos tienden a funcionar bajo el principio de alevosía y literalmente a robar parte de los presupuestos electorales en tanto es una práctica común, dado que es demasiado dinero en juego y se generan cadenas de corrupción ocultas en el concepto outsourcing y las facturas “infladas”.
  
-   Son miles de millones en recursos desperdiciados para generar basura, tanto física como virtual. Recursos que deberían ser mejor empleados en rubros como alimentación, salud, educación o cultura.
  
Porque un país realmente civilizado, con una cultura superior, con una identidad firme y fundamentada no permitiría que los recursos económicos se desperdiciaran en hacer basura electorera cuando hay problemas sociales realmente importantes que resolver.
  
A esto se puede reprochar aduciendo a la necesidad de “difundir” la ideología y los programas de acción o plataformas electorales, pero en realidad estos conceptos no se necesitan difundir de manera simple. Al respecto de estos conceptos -ideología y programa- hacen falta procesos educativos y hábitos de debate porque constituyen la base filosófica y programática sobre la que se construye la vía de desarrollo de un país, pero mientras los neoliberales-posmodernos tienen tomadas las universidades y las estructuras educativas, los supuestos marxistas, comunistas y socialistas se niegan a establecer una simple escuela de cuadros. Poca cosa esto de la ideología...
  
Un representante popular elegido en democracia real no debería requerir campaña alguna porque su trabajo y vida en el cotidiano debería darle suficientes elementos para ganar la confianza del pueblo, no sólo de los electores porque hay menores de edad (que no son electores) con mayor conciencia que quienes tienen la responsabilidad de ejercer el voto. En las democracias representativas los candidatos tienen poco o nulo contacto con el pueblo, por eso requieren de campañas publicitarias para difundir la serie de mentiras que pueden allegarles los votos para obtener un puesto en una cámara o un gobierno y acto seguido vender sus favores al mejor postor. Esto es un rasgo de la doble moral burguesa.
  
Todo aquel que abogue y pelee por prerrogativas electorales en un partido de la clase obrera demuestra de hecho su vocación hacia la corrupción y su avaricia de cargos de elección popular para prostituirlos. Pocos son los seres humanos consecuentes con su ideología y suficientemente honestos que han cumplido con su labor como representantes populares sin prostituir el cargo. En México, la mayoría de ellos siguen militando en el PPS.
  
A un representante popular elegido en democracia real se le puede destituir por plebiscito popular en cualquier momento cuando se demuestre que no cumple dignamente con sus funciones. A un operador de los partidos políticos enajenados de la democracia representativa le protege la ley para corromperse y prostituir los cargos de elección popular. Esas son algunas razones por las que los diputados senadores y encargados de los poderes ejecutivos en las democracias representativas no representan al pueblo.
  
La circunstancia anterior determina que el pueblo tenga una visión enajenada sobre los partidos políticos. Sin embargo, el pueblo no puede funcionar sin partido porque sin esta institución no tendría guía ideológica. Además, se ha dicho aquí, un partido político existe para defender los intereses de una clase social, o sea que es la herramienta de las clases sociales para acceder al poder y ejercerlo en beneficio de la clase a quien representa.
  
Otro dato importante es que en una revolución triunfante el partido de los trabajadores nunca ha tenido registro (hay que insistir que existe diferencia entre revolución, movimiento social y revuelta) y nunca un partido materialista-dialéctico ha sido beneficiado con prerrogativas, la historia demuestra que cuando un partido que se denomina marxista o marxista-leninista se deja “financiar” por las prerrogativas electorales se enajena y traiciona sus principios. Autocríticamente, en México el caso del PPS en el periodo 1988-1994 y hasta la dirigencia de Fernández Flores es una comprobación de esto.
  
Otro ejemplo es el caso deplorable de los partidos comunistas europeos que no obstante haber sido ilegalizados en muchos lugares, han traicionado sus principios y son ahora organizaciones socialdemócratas al servicio del estáblishment, desde ese sitio no son capaces de guiar ideológicamente a los movimientos sociales de indignación que existen hoy en toda Europa y en Estados Unidos de Norte América, no son capaces de cumplir con su misión histórica: constituirse en la vanguardia de los pueblos en la acción revolucionaria, en la transformación de esos movimientos sociales en revoluciones reales que tengan la posibilidad de transformar la realidad en beneficio del pueblo. Esa es la razón profunda por la que los gobiernos fascistoides o mínimo reaccionarios (de derechas o izquierdas) del mundo “toleran” esos movimientos, porque están desnudos ideológicamente, claro, hasta el momento en que “la chusma afea las plazas”.
  
No obstante, existen en esos movimientos rasgos que hacen evidente la posibilidad de dotarles de contenido revolucionario: la organización de asambleas de barrio donde se toman decisiones y se eligen delegados que se elevan a estructuras de debate y consenso más generales hasta llegar a realizar propuestas colectivas a nivel países que se proponen a los órganos de gobierno. Esto se llama centralismo democrático y es una forma de organización de la democracia real ¿cómo es que los movimientos sociales en el mundo están practicando el “bolchevismo” si no tienen guía ideológica?

La realidad es que la burguesía se ha encargado de enajenar el significado del concepto partido político con el objetivo de castrar de estas instituciones su utilidad y misión social, para esto han empleado a los frentes de masas que si es cierto, han sido útiles en determinados momentos históricos también han sido usados por el neoliberalismo para este proceso de enajenación, porque en sí mismos los frentes de masas llevan el germen de la corrupción al carecer de principios ideológicos de clase. Esta es la razón por la que existen consignas como «¡el pueblo unido funciona sin partidos!», porque la gente confunde el concepto partido político con los frentes de masas corruptos, instrumento de la burguesía para prostituir las funciones de los legisladores y mandatarios.

Por supuesto que un frente de masas o un partido de la burguesía no pueden representar al pueblo, eso está negado por principio. Si el pueblo entendiera esto jamás el mundo habría vivido un gobierno de “derechas” y menos el fascismo, pero por el contrario la burguesía que es dueña de las estructuras de educación y comunicación se ha elaborado los mecanismos precisos para anular la conciencia de clase y enajenar la idea colectiva sobre el concepto de partido político.

La demostración práctica sobre la necesidad del partido de la clase trabajadora, materialista-dialéctico, en la sociedad actual es precisamente la “desnudez” ideológica y lo manipulables que están resultando los movimientos sociales de protesta contra el capitalismo. Están siendo manipulados y desviados de sus fines originales y los están convirtiendo en meras protestas por ejemplo contra los “banqueros”, pero estos “banqueros” en ese contexto particular, se convierten en un abstracto que ya ni siquiera tienen nombre como Madof, Botín o González Barrera (Salinas de Gortari), se convierte en un fantasma que molesta, que roba, que quita posibilidades de desarrollo, pero que carece de concreción física, no aterriza a la realidad objetiva y la protesta así es tan absurda como protestar contra la Señora Madre Naturaleza porque existe la viruela o porque ha llovido hoy más de la cuenta.

Entonces la responsabilidad que podemos reclamar a todos los militantes o quienes se dicen militantes de los partidos políticos que se asumen como materialistas-dialécticos es la guía en este tipo de procesos y movilizaciones sociales para dotarles de contenido y convertirlos en revoluciones reales. Sin embargo, esos supuestos militantes deberíamos empezar por ponernos a estudiar, conocer y manejar las tres fuentes (materialismo-dialéctico, materialismo-histórico y economía política) para poder analizar los fenómenos particulares y singulares que nos correspondan a cada uno y poder proponer estrategias y tácticas pertinentes para la solución de los problemas reales. Eso es a fin de cuentas lombardismo.

Es ridículo y oprobioso que los cuadros ideológicos de la burguesía manejen las tres fuentes de manera más eficiente que aquellos que nos decimos materialistas-dialécticos, es indignante que teniendo la información sobre esto en el seno de los partidos supuestamente de la clase trabajadora se siga peleando por conflictos entre la teoría y la práctica cuando lo importante es la praxis revolucionaria.

De esta manera es que los supuestos comunistas estamos faltando a la misión histórica que presumimos haber aceptado y nos congraciamos al externarlo en las reuniones de las diferentes estructuras de los partidos. Estamos de esta forma contribuyendo a que la burguesía se perpetúe en el poder al menos por los siguientes cien años si es que logran salvar el escoyo de la crisis sistémica actual.

En este punto es importante hablar también del papel que juegan en el proceso democrático los sindicatos y organizaciones que representan colectivos singulares delimitados por su actividad laboral. Por ejemplo, los campesinos se organizan en centrales o comités que no se llaman sindicatos pero tienen la misma función, lo mismo sucede con los estudiantes o colectivos de jóvenes en actividades deportivas o culturales, pequeños comerciantes, etc. Cada uno y cada organización tiene un papel que jugar en los procesos sociales y ese papel está determinado por el tipo de regulaciones que apliquen en cada país, las leyes generales, sus reglamentos y códigos, en eso el tipo de democracia que se practique tiene un papel preponderante.

Esto será tema de la siguiente entrega.

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