domingo, 11 de marzo de 2012

Boletìn de Prensa (PPS)

LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA, EL PROBLEMA SOCIAL MÁS IMPORTANTE

Los aspirantes del PAN a la presidencia de la República afirman en cuanta oportunidad se les presenta, que lo peor que le puede ocurrir al país es que el candidato presidencial del PRI ocupe Los Pinos a partir del 1° de diciembre de 2012. Sería un desastre, dicen, con mucha convicción. Por lo tanto, según ellos, lo mejor para México, sería que en los próximos 6 años gobernase otro panista. Un gobierno que defendería las conquistas de los gobiernos del PAN.

¿Compartirán esta opinión de los aspirantes panistas los 57 millones de mexicanos en situación de pobreza? ¿Los 28 millones en pobreza alimentaria, porque sus ingresos no alcanzan para adquirir lo indispensable para una adecuada alimentación? ¿Los 32 millones de mexicanos económicamente activos pero que no tienen un empleo formal? ¿Los siete millones de jóvenes que no tienen empleo ni asisten a la escuela? ¿O el 72% de los trabajadores afiliados a los Afores, que apenas ganan ente 1 y 3 salarios mínimos? ¿Los millones de trabajadores que tienen doble turno para tratar de incrementar los ingresos de sus familias?

Uno de los entusiastas aspirantes panistas ha afirmado en reiteradas ocasiones que él –comparando el país con una nave– es un experto piloto que puede ir en el control de la nave con éxito, por lo cual debe ser el próximo Presidente de la República. Lo que no dice el “piloto” panista es que la nave de la cual habla, tiene pasajeros especiales, en las zonas de primera y de negocios, a los que él –tal como lo ha hecho el Presidente Calderón– se esmeraría en complacer y a quienes atendería particularmente, sin tomar en cuenta al resto de los pasajeros, que son la mayoría. Estos pasajeros privilegiados –que son muy pocos– son los que estarían felices con un Presidente con la mentalidad de los aspirantes panistas. Esos pasajeros privilegiados forman parte de los cerca de 13 millones de la población más rica que se lleva el 41% del ingreso nacional, casi 30 veces lo que les toca a los mismos trece millones pero de los más pobres del país. El presidente Fox fue torpe pero al menos honesto cuando afirmó que su gobierno era de empresarios para los empresarios; aunque se atrevió a confesar esta verdad ya estando en Los Pinos, no durante la campaña electoral.

Si la correcta conducción del país es para producir grandes fortunas en pocas manos a costa de la pobreza de la inmensa mayoría, entonces podemos entender las afirmaciones de los aspirantes presidenciales del PAN. Esto lo hacen muy bien. Lo han demostrado con creces.

Las políticas aplicadas por los dos regímenes del PAN, han tenido como propósito deliberado el estímulo al gran capital. Algunos datos irrefutables revelan este hecho.

El Estado mexicano actualmente es uno de los que menos captan recursos en América Latina, entre el 10 y el 11 por ciento del Producto Interno Bruto. Proporcionalmente, los trabajadores son los que más aportan, sin ninguna posibilidad de un trato cercanamente parecido al que Hacienda dispensa a las grandes empresas, a las que les regresan cantidades enormes de impuestos. Caso extremo de este trato desigual es el siguiente: el promedio anual del Impuesto Sobre la Renta pagado por los 50 principales “contribuyentes” privados entre 2000 y 2005 fue de ¡74 pesos! Lo que capta el gobierno es poco a causa de esta política, pero después argumenta que carece de recursos para salud, educación y pensiones.

También de los más bajos en América Latina son los salarios mínimos en México. Pero los precios de los productos no están controlados, por lo que el poder adquisitivo del salario se deteriora constantemente. El gobierno está orgulloso de la baja inflación en nuestro país, pero esto ha sido debido al férreo control de los salarios, ejercido por medio de la Comisión Nacional del Salario Mínimo, en la que el gobierno panista se alía con los representantes patronales para aprobar los aumentos anuales a los salarios mínimos.

La práctica de los trabajos temporales (interinatos) se ha extendido como una forma de favorecer a las empresas, puesto que los trabajadores dejan de percibir prestaciones diversas, entre ellas el derecho de jubilarse con una pensión; el propio gobierno ha aplicado con amplitud sin precedentes esta política en muchas dependencias federales. Lo mismo podemos afirmar del subcontratismo, mediante la cual las empresas privadas favorecidas apenas pagan el salario mínimo, sin prestaciones y sin estabilidad mínima en el trabajo de los empleados.

Como se ve, la política aplicada por los gobiernos panistas conscientemente se orienta a la acumulación de riqueza en muy pocos mexicanos a costa del crecimiento y profundización de la pobreza de los trabajadores y de las llamadas clases medias.
Un estudio reciente de un organismo académico de la Facultad de Economía de la UNAM señala que 75 millones de mexicanos no tienen la capacidad adquisitiva para alimentos y servicios básicos.
Este es el panorama desolador que presenta nuestro país en cuanto a distribución de la riqueza, situación que la candidata presidencial del PAN ofrecerá al pueblo de México continuar por los siguientes 6 años. Por supuesto que no lo expresará en forma directa. Lo hará mediante la demagogia, las medias verdades y las francas mentiras.

Esta política social no debe continuar porque está teniendo consecuencias desastrosas. Problemáticas sociales explosivas, como la desnutrición de los niños, los futuros ciudadanos de México; el creciente número de los jóvenes sin escuela y sin trabajo, que seguramente aumentará ante las previsiones de menor crecimiento del PIB en este año de 2012; la incapacidad de sectores importantes de campesinos y de nuestra población indígena para soportar las consecuencias del cambio climático, que los gobiernos panistas nunca entendieron ni tomaron medidas serias para mitigar sus consecuencias; la debilidad del mercado interno ante la perspectiva de recesión de la economía de Europa y la lenta recuperación de le economía de Estados Unidos.

Es falso que podamos salir de esta situación con la misma política aplicada hasta ahora, que ya probó su incapacidad para distribuir menos injustamente la riqueza, tal como lo sugieren los aspirantes del PAN y tal como lo propone el Presidente Calderón con sus presiones al Congreso de la Unión para aprobar cambios estructurales, entre ellos la Reforma Laboral, que significaría dar más privilegios a los patrones para explotar a los trabajadores, y menos posibilidades a los trabajadores para defender sus derechos y la estabilidad de su trabajo, su única fuente de ingresos.

Hay que hacer cambios importantes pero en dirección contraria a la situación que prevalece. El principal de estos cambios, debe ser una verdadera reforma fiscal, que sea progresiva, aportando más el que más ingresos tiene y menos el que gana menos. Solo así, este instrumento no sólo tendrá un sentido de justicia social, sino que dotará al gobierno de recursos para cumplir tareas tan importantes como la modernización de la infraestructura del país, la salud, la educación superior y la investigación científica, entre otras. Esto es lo que esperan los jóvenes mexicanos; saber que hay posibilidades de cambio que les abra perspectivas de un mejor porvenir.

Hay que terminar con la política de contención salarial que se sustenta en la alianza de los patrones y el gobierno federal, no sólo para aliviar la situación de las familias de los trabajadores, sino para aumentar su poder de compra y así estimular el mercado interno, único camino que le queda al país ante el panorama internacional adverso, para reactivar la economía y crear más empleos.
No solamente eso. Una política salarial justa sería una de tal manera que los aumentos anuales fuesen mayores a la inflación con la meta de lograr que en los próximos 6 años se recupere en gran medida el poder adquisitivo del salario.

El PAN se resistirá a este cambio; lo mismo lo harán los pocos que se han beneficiado con sus la política social aplicada por este partido.

Al tomar posición ante este problema central, algunos dirigentes de organizaciones supuestamente progresistas han apoyado en la práctica esta política al ofrecer no cambiar los impuestos y dejar intacta la política de recaudación fiscal, pensando que así los dejarán ganar la Presidencia de la República.

Los trabajadores mexicanos, del campo y de la ciudad, debemos movilizarnos para plantear este problema como uno de los temas fundamentales a debatir en esta campaña presidencial y convocar a las fuerzas decisivas de los partidos políticos del campo democrático a que propongan a sus candidatos presidenciales tomar posición ante este problema lacerante de la injusta distribución de la riqueza y de la profundización de la pobreza en nuestro país, problema de interés fundamental para el pueblo.

México, D.F. 2 de febrero de 2012.


LA DIRECCION NACIONAL DEL PPS
JESÚS ANTONIO CARLOS HERNÁNDEZ
SECRETARIO GENERAL
HÉCTOR MARÍN REBOLLO
SRIO. DE ORGANIZACIÓN Y POLÍTICA ELECTORAL
MODESTO CÁRDENAS GARCÍA
SRIO. DE PRENSA Y EDUCACIÓN POLÍTICA
ILDEFONSO REYES SOTO
SRIO. DE RELACIONES INTERNACIONALES
SERGIO RUIZ PÉREZ
SRIO DE FINANZAS
JESÚS MANUEL BORJAS BUENO
SRIO. DE POLITÍCA SINDICAL
LUIS LINO GUZMÁN RIVERA
SRIO DE PROPAGANDA Y MOVIMIENTOS SOCIALES

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