domingo, 11 de marzo de 2012

Democracia, enejenación y sucesión 2012 (3)

Sindicatos, organizaciones y movimientos sociales
Por Ulianov Marín (PPS)
  
No haré historia del movimiento sindical salvo en el caso de la necesidad referencial, existen muchos trabajos sobre historia del movimiento obrero y campesino, tanto reales, científicos y objetivos, como manipulados, falaces y tendenciosos. Cada uno elige lo que el mercado le permite, pero es necesario insistir en que la fuente primaria para acercarse a la historia del sindicalismo en México es la obra de Vicente Lombardo Toledano, él fue protagonista e ideólogo en el origen de éste movimiento.

Lo que pretendo para el momento de estas peroratas es llamar la atención sobre la función que ha tenido la organización social llamada sindicato en la confluencia actual de fuerzas y en los procesos democráticos. 

A finales del siglo XVIII los trabajadores de las factorías se organizaron para defender sus intereses, que en ese punto de la historia era la propia vida pues el tipo de explotación laboral era literalmente mortal, el desarrollo científico técnico se había preocupado por las circunstancias de producción pero nunca por la protección de la vida de los trabajadores en riesgo por los residuos de la producción y la sobreexplotación.

Los trabajadores se organizaron entonces para defender sus intereses que era la vida misma y las condiciones necesarias para dignificar la vida que incluía cuestiones como:

-      Contratos colectivos que garantizan la posibilidad de establecer salarios mínimos y evitan que el trabajo esté sujeto a la ley de la oferta y la demanda que enajena el trabajo y elimina la posibilidad de superar la calidad del trabajador. Al contrario de lo que muchos piensan, sujetar el trabajo al mercado es igual a que se contrate a los menos preparados que cobran menos y a eliminar de la conciencia de los trabajadores la necesidad de superación individual.

-      Jornada máxima de trabajo y edad límite para trabajar, que implica la posibilidad de pelear por el derecho a la educación, a la cultura, al esparcimiento, etc. Es decir que si el niño no puede trabajar porque la ley lo prohíbe, entonces tiene que dedicarse a estudiar, a hacer deporte, a incrementar su cultura y conocer más. La jornada máxima de trabajo permite al trabajador tiempo y energía útiles para el cultivo mental y físico (esto en la teoría. Claro está, habría que proscribir las actuales televisoras, la radio y la mayoría de la prensa para que algo así sucediera en la realidad).

-      El derecho a la huelga implica que los trabajadores tienen garantizado el derecho a asociación, justo en sindicatos y también “rebota” en cierto sentido hacia la libertad de expresión porque ante la alevosía del poder económico sólo la fuerza del colectivo puede garantizar que se respete ese derecho, a decir lo que se piensa.

Con estos ejemplos simples se puede ver que los logros en el derecho laboral siempre están relacionados con los logros en otro tipo de derechos como las garantías individuales o la educación. Es importante entonces, la defensa de los derechos laborales porque van “aparejados” a la evolución de la manera en que se regula la convivencia entre los seres humanos, todo esto en función a cuestiones como la idiosincrasia, la tradición y sobre todo la base económica.

Si hacemos un análisis de esta cuestión en la etapa revolucionaria del desarrollo mexicano, o sea después de 1917 es posible ver que cuando el movimiento sindical es más fuerte, el país crece más, y esto es una obviedad pues cuando los trabajadores tenemos mejores condiciones de vida y posibilidades reales de desarrollo producimos más, entonces es posible evitarla enajenación del trabajador por el mismo trabajo.

Cuando los trabajadores se organizan y las organizaciones de trabajadores se fortalecen, también crece la conciencia de clase, se elimina la absurda y artificial barrera entre obreros y campesinos, o la falacia que considera a los trabajadores intelectuales como un “aparte” de la clase obrera. Se dan las condiciones para que los trabajadores de todos los sectores productivos sean conscientes de que la única forma de vivir una democracia real es la unidad. Marx y Engels estaban en lo correcto cuando adoptaron como lema «¡Trabajadores del Mundo, Uníos!» o lo que es igual, sólo de pendiendo del traductor: «¡Proletarios de todos los países, Uníos».

Esta virtud de la unidad en la organización de los trabajadores, nos da la posibilidad de darnos cuenta más temprano que tarde, de la capacidad que tenemos como clase organizada para transformar las relaciones de producción a nuestro favor, definitivamente necesitamos la infraestructura, la ciencia y la tecnología para continuar el proceso productivo pero eso –infraestructura, ciencia y tecnología– también lo producimos nosotros, los trabajadores.

Definitivamente no necesitamos a la burguesía y esa burguesía es tan innecesaria que ahora mismo son los responsables de la crisis económica, de la crisis ecológica, de la crisis cultural, etc. Es decir, que los burgueses en su enorme avaricia y ceguera son capaces de terminar con la vida en el planeta, sea lentamente como lo están haciendo o simplemente “pulsando un botón” con sus armas nucleares... si, la mayoría de las armas nucleares en el mundo no son de los países o los Estados a que se les asignan, son de los oligarcas burgueses que pueden dar la orden para destruirnos a todos... y dice Fidel (el Comandante, claro), basta que estallen 100 de las menos potentes para que se elimine la vida de la tierra.

Y es precisamente, la capacidad que tiene la organización de los trabajadores para transformar la sociedad lo que hace que la burguesía mantenga una conducta permanente de agresión contra las organizaciones de los trabajadores. Por ejemplo, a las mafias criminales les llaman “sindicatos del crimen”, la propia Ley Federal del Trabajo acepta la existencia de sindicatos de patrones, y esos términos los aplican en caricaturas dirigidas a niños desde los años 70’del siglo pasado, junto a eso desnaturalizan las organizaciones corrompiendo a los dirigentes que por su falta de preparación política se vuelven títeres de la burguesía. Por supuesto que aquellos dirigentes que se mantienen fieles a sumisión como defensores de los intereses de la clase trabajadora son perseguidos, incluso criminalizados. Los casos del SME y el sindicato minero son claros ejemplos de esto.

Junto a las organizaciones de trabajadores existen entonces otras que tienen carácter destructivo y que son producto de la burguesía para dividir a los trabajadores y sus luchas auténticas: la conquista de nuestros derechos, pero también existe otro fenómeno análogo y parte de la idea sobre la “sociedad civil”. No puedo afirmarlo con certeza –me falta información al respecto– pero parece que fueron Marx y Engels quienes acuñaron el término, también desconozco el contexto en que lo aplicaban. Lo que si me queda claro es que los neo-marxistas de medio siglo XX usaron ese término para sustentar sus falsas teorías de la “concertación”, es decir que no era necesaria la revolución porque podía llegarse a acuerdos entre la burguesía y el proletariado para transformar el sistema... bueno, es como si quisiera convencer a mi perro de que me diera su hueso pacíficamente y sin que me mordiera...

La sociedad civil, en la forma en que la burguesía maneja el concepto, tiene como fin romper la conciencia de clase y es un recurso de distracción hacia los problemas fundamentales que tiene que resolver la organización de los trabajadores. En la concepción burguesa, se parte de la absurda idea de que existen más clases sociales que la burguesía y el proletariado y elimina la noción de que las clases sociales están determinadas por la relación del individuo con los medios de producción, o sea si es dueño de los medios o alquila su fuerza de trabajo para que se muevan. 

La idea de sociedad civil hace posible que existan fraudes fiscales tan escandalosos como los “teletones” donde la burguesía y sus empresas deducen de impuestos hasta tres veces las mismas cantidades enormes de dinero que salen de la bolsa del pueblo, para esto usan una falsa noción del concepto de solidaridad y también de la inocencia de la gente que ignora la legislación fiscal.

Por medio de la sociedad civil es posible generar organizaciones no gubernamentales (ONG) que en apariencia funcionan por medio de donaciones pero que en realidad son financiadas por Estados y empresas con fines muy específicos, es decir que las ONGs son la manera de legitimar la injerencia extranjera y la manipulación de la gente por intereses económicos disfrazados de causas sociales y el mejor ejemplo de esto es Greenpeace.

También por medio de la sociedad civil se pueden organizar movimientos o movilizaciones en aparente protesta contra ciertas políticas del gobierno pero que en realidad tienden a ejercer presión para que el congreso en México apruebe las leyes que harían de este país un estado fascista, la reforma política. Y es que con el pretexto de que al señor poeta le han matado al hijo (cosa deplorable y tristísima), la gente honesta se empezó a organizar y se movilizaron, pero nadie les explicó que llegarían a Chapultepec a exigir a los diputados que aprobaran una reforma a las leyes que permitiría al criminal de Los Pinos manejar al ejército a su antojo y “colombianizar” México.

Ejemplos de cómo ese concepto, “sociedad civil”, ha dañado la organización de los trabajadores sobran, porque fue el mismo que usaron a finales de la sexta década del siglo XX para destruir la organización estudiantil, la organización de los trabajadores y con esto la economía mexicana que por entonces crecía a ritmo de entre 6 y 7 %.

Claro que el concepto sociedad civil no se ha involucrado en los movimientos de indignados, no es la sociedad civil sino los trabajadores los que han levantado el grito de ¡ya basta! en las plazas de los países supuestamente desarrollados y a quienes les está reventando la crisis como bomba en la cara, el problema allí –insisto– es que hace falta dirección política e ideológica y las propuestas incluyen un factor que es nefasto para las condiciones de los pueblos en democracia representativa, ese factor es el llamado a no votar.

En la mayoría de las democracias representativas se gana la elección así haya votado una persona, eso dice la ley y se forma gobierno con esa mísera representación, antes se había dicho que mientras a Obama lo elige el 14% delos electores en Cuba o Venezuela se llegan a Cifras de 80 o 90 % de participación. Si no se vota se da a la derecha el campo para proclamarse vencedora y ese es el papel que juega la falsa izquierda: decepcionar a la gente para que hagan caso a la sociedad civil y no acudan a votar mientras los burgueses si votan y tienen la posibilidad de gobernar. Eso ha pasado en España y la falange franquista ha vuelto al poder.

La única salida es la organización de los trabajadores. Existe la necesidad urgente de sanear los sindicatos y las organizaciones de trabajadores, debemos denunciar el sucio juego en que se usa de las ONGs y el concepto sociedad civil. Es imprescindible dejar de “jugar” a la representación partidaria en “eventos sociales” y avocarnos a la conformación del FNDPA para poder presionar realmente a quién quiera que gane la elección de 2012 y no dejarles que vulneren más nuestros derechos.

No votar es la peor estupidez y debemos medir bien a quién dar el voto, la consigna debería ser en principio evitar que Acción Nacional se haga nuevamente con el poder, sacar a los fascistas neoliberales de Palacio Nacional.

La primera tarea entonces es llamar a todos a votar como uno y para esto es indispensable la unidad de los sindicatos y las organizaciones de los trabajadores, la historia demuestra que esa es condición indispensable para el triunfo de la clase trabajadora. El siguiente problema es ¿a quién daremos el voto?

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