jueves, 22 de marzo de 2012

Educación política 2

MATERIALISMO HISTÓRICO
Por: Vicente Lombardo Toledano

En la naturaleza y, por tanto, en la vida social, todo se transforma. Cada cambio es un paso de la cantidad a la calidad que se realiza en un salto. Pero cada salto es un salto concreto de un hecho determinado que se transforma en otro también concreto. No hay saltos abstractos, saltos de carácter general, por la propia riqueza y complejidad de la vida. De ahí que si la política revolucionaria es la ciencia de la transformación de la realidad, de manera progresiva, la disciplina que interpreta la realidad cambiante para hacerla mejor, quienes la manejan necesitan un conocimiento verdadero de los conceptos, de las categorías universales, de las leyes de la naturaleza, para no extraviarse en el practicismo sin teoría, que casi siempre conduce al fracaso, lo mismo que para impedir desviaciones ideológicas en el planteamiento de los hechos y en la solución de los problemas que no son sino el resultado de la ignorancia de la doctrina filosófica del materialismo dialéctico y de su aplicación práctica con espíritu creador.

¿Cuáles son las leyes naturales del desarrollo de la sociedad humana? ¿Cuáles son las leyes de la política?

Las leyes económicas, las que rigen el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, constituyen el conocimiento fundamental del proceso de la sociedad humana. A determinado grado de la multiplicación y de la eficacia de los instrumentos de la producción económica, y de las relaciones que se establecen entre los propietarios de esos instrumentos y los que los manejan con su esfuerzo manual e intelectual, corresponde un sistema concreto de la vida colectiva que engendra un conjunto de valores, de conceptos acerca de las relaciones entre los hombres y de las formas más importantes de su pensamiento. La ideología es el resultado de un régimen económico determinado, de los intereses de la clase social que posee los medios de la producción material y, también, de la clase que sólo cuenta con su trabajo, enfrentada a la otra como modo de entender la existencia. El motor del proceso dialéctico de la sociedad es la contradicción entre los propietarios y los no-propietarios, la lucha de clases. En nuestra época, entre la burguesía y la clase obrera.

Así como nada hay inmóvil fuera de la realidad, ningún sistema de la vida social es eterno. El cambio de lo cuantitativo a lo cualitativo ocurre lo mismo en el mundo que en la comunidad humana, y se realiza en forma de salto. El paso brusco de un estado a otro, de un régimen social a otro distinto, es la revolución.

Pero así también como no hay saltos en lo general, en las categorías universales, tampoco ocurren las revoluciones abarcando a todos los estadios de la vida social, sino que surgen siempre en una sociedad determinada y en un momento concreto de su proceso histórico. “Al llegar a una determinada fase de desarrollo, dice Carlos Marx en su ‘Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política’, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social.” 

(Extractos del libro ¿Moscú o Pekín? La vía mexicana hacia el socialismo, 1963) 

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