domingo, 11 de marzo de 2012

Democracia, enajenación y sucesión 2012

Por Ulianov Marín (PPS)

Para nadie con tres de dos de inteligencia es un secreto que “democracia” resulta ahora en un término sumamente devaluado porque la burguesía (el 1%) la hizo “representativa”, o sea que sólo representa al 1% que constituye a la burguesía que se adueña de la riqueza que produce el trabajo del pueblo. Como vampiros desangran a las personas y las convierten en cosas, así las personas ahora mismo no son para si mismos nada más que cosas, ya no son seres humanos.
  
Y esta democracia ficticia tan artificialmente enraizada en la Grecia antigua, requiere –obviamente- de actores que al representar su papel generen en la gente la ilusión de que existen “opciones” para elegir. Incluso se acunan en las glorias del principio de su historia de clase, cuando en los primeros “congresos-democrático-representativos” se empezó a distinguir a la izquierda como progreso y a la derecha como reacción. Es en la Europa del siglo XVIII.

O sea que aquello que en la actualidad se llama comúnmente “izquierda política” no representa en realidad ninguna postura o sustento ideológico (cosa que los “izquierdosos” consideran incluso como una virtud), esto es que asume un papel de aparente opción “progresista” aunque en la realidad su programa es idéntico al que postula la derecha y sobre todo, carece de principios por lo que siempre se vende al mejor postor. Esa es la realidad de las “opciones” que ofrece la “democracia” representativa burguesa a los pueblos.

Pero ¿dónde es que se puede comprobar que los programas de izquierdas y derechas son idénticos? Primero en los asociados a las dirigencias de esas organizaciones, generalmente en el pasado han estado asociados a organizaciones-partidos que han sido funcionarios de gobiernos reaccionarios e incluso tienen historiales de corrupción. Los casos de Ebrard y Camacho Solís, ambos ligados al gobierno más corrupto y reaccionario que ha vivido México, el salinista. Grupos criminales impunes como el que dirige Elba Ester Gordillo (que no es el SNTE) avalan y promueven la candidatura de Ebrard.

Esa es la principal razón por la que los grupos “izquierdistas” ligados a estos personajes y que incluyen a López Obrador, no atinan a declarar una postura clara sobre temas fundamentales como el sector estatal de la economía, básicamente la postura que piensan asumir respecto a PEMEX. Tampoco dicen nada sobre lo que pueden ofrecer a los electricistas asociados al SME, simplemente no se comprometen a hacer justicia a quienes fueron afectados por el fascista presidente actual.

En las cuestiones de política económica, para las izquierdas todo queda en aparente ambigüedad, aunque resulta más claro que su postura es la misma que la que plantea la derecha reaccionaria si se analizan los ofrecimientos que han hecho los “caudillos” de estas izquierdas en el extranjero y para los extranjeros. Todo esto deja desnudas a las llamadas izquierdas como mafias que buscan hacerse con el poder para ejercerlo en favor de aquel que les deje mayores ganancias económicas y claramente ese personaje nunca será el pueblo de México, sólo pueden ser el 1% (la gran burguesía mexicana) o la oligarquía transnacional.
  
Hablar de las derechas en este caso sería equivalente a perder el tiempo en un debate filosófico sobre la existencia de Dios, son claras sus posturas y pretensiones de privatizar PEMEX, son claras sus políticas y su determinación de implantar en México una dictadura fascista disfrazada de “democracia representativa”.
  
La última opción aparente es el frente de masas mal llamado “centro-demócrata” (calificativo que nada dice, no delimita nada y genera indeterminación). Lombardo fue muy claro cuando describió el devenir de un frente de masas: nace como una organización revolucionaria que se nutre de las causas populares, pero siempre se transforma en una organización reaccionaria en la medida que los capitales se apoderan de sus órganos de gobierno y ejercen coerción hacia los representantes y directivos.
  
El caso actual: se hace evidente que el discurso derechista “de abolengo” ha sido asumido por los cándidos que pretenden postularse a la presidencia de la república, la misma retórica “torcida” y vacua que usaban los reaccionarios bajo la sombra del “jefazo” Gómez Morín, resulta lógico porque el problema de la reacción es que el petróleo en México es propiedad de todos los mexicanos y no pueden lucrar libremente con ese recurso como sucede en Chile con los recursos minerales.
  
Habría que investigar que tratos tienen o cuantas acciones de petroleras privadas, personajes como Peña Nieto. También habría que someterlo a un examen de capacidades auditivas y de comprensión de los mensajes, mínimo hay que comprobar la forma en que el traductor interpretó el mensaje de Lula, porque si no se puede comprobar que Peña es mal intencionado, como Calderón, al decir que Lula dijo algo que no dijo, entonces hay que advertir en este cándido personaje una tara que podría clasificarse psiquiátricamente como algún grado de idiotez que es una deficiencia intelectual.
  
Así que Lula dijo cooperación e interacción hacia el sur, jamás habló de privatizar o de “abrir la empresa a la iniciativa privada” y esa iniciativa privada sólo es la del norte para los políticos de la estatura de Calderón o de Peña Miento (enanos). Es evidente para quién entiende y piensa en español, que los políticos de circo (de izquierdas o derechas) en México piensan en inglés, francés o alemán, en la medida que responden a los designios de la oligarquía imperialista y no a las necesidades del pueblo que presumen representar.
  
Más sobre ese presumible “centro”: los encargados de elaborar la plataforma electoral de ese partido (que no es partido pero así se llama) han declarado ya que no dirán nada concreto en dicho documento sobre la postura del gobierno que presumen encabezarán y eso sólo puede significar que dejan la puerta abierta para asumir la política que convenga al mejor postor. Lo único que han dejado claro hasta ahora por su acción en la legislatura es que pretenden continuar con la supuesta guerra de Calderón contra su patrón “el Chapo”, ellos pretenden ser los beneficiarios de las enormes ganancias de este teatro disfrazado de política pública, para eso han pedido que se eleve el presupuesto para defensa.
  
Estos ejemplos sobre la forma en que funcionan derechas, izquierdas y centros revela de forma simple que todas las aparentes opciones que ofrece la “democracia representativa” en realidad son la misma, o sea que no hay opciones, alternativas entre las organizaciones que cuentan con registro electoral para poder participar en la contienda presidencial. Los ejemplos demuestran también la manera en que el capital ha enajenado y descompuesto el sistema político-electoral en México comprobando que Marx tenía razón: «todo lo que toca el capital lo enajena».
  
Lo patético de esta circunstancia es que no sólo ha ocurrido en México, es un síntoma general, presente en todos los países que siguen aún las necias políticas neoliberales. Claro es que en el sur de América, donde las economías crecen y se derraman los beneficios a los pueblos, lejos de verificarse este proceso donde se enajena la política, la democracia se hace real, se hace popular y deja de ser representativa: mientras en Estados Unidos de América sólo el 14% de la población acudió a las urnas para elegir a sus “representantes” en Cuba, Venezuela o Nicaragua la participación electoral llega al 80% y el debate popular sobre las políticas a instrumentar incluye también a menores de edad, porque ellos también piensan y expresan sus ideas.
  
Dialécticamente se puede concluir que una democracia representativa no sirve porque sólo representa a los que poseen el poder económico, lo que deriva en la enajenación de la política y es el punto donde los pueblos pierden la posibilidad de practicar la política para lograr cambios sociales que permitan vivir mejor al colectivo. Esa es la razón por la que en el mundo se requiere de democracias populares y no de la otra.
  
Y en lo que toca a la sucesión presidencial mexicana de 2012, el panorama se presenta muy difícil en tanto todos los “presidenciables” –de izquierda, centro o derecha- representan a los grupos reaccionarios, a la oligarquía transnacional, a los socios del club Bilderberg. Cualquiera de los tres panistas restantes, los dos perredistas o los dos priistas son “harina del mismo saco”. Su asociación evidente, las personas que conforman sus equipos de trabajo, sus declaraciones en el exterior o la manera en que interpretan las declaraciones de otros, la ambigüedad y vacío de sus discursos o incluso la ausencia de posturas reales sustituidas por cantinfleos dignos del Teatro Blanquita o páginas de plataformas electorales en espera de quién quiera llenarlas con signos de dólares.
  
La solución única para las instituciones políticas revolucionarias es formar el Frente Nacional, Democrático, Patriótico y Antiimperialista (FNDPA), asociándose con organizaciones hermanas con las que se compartan aunque sea mínimos puntos. Por ejemplo: filosóficamente las teorías del francés Edgar Morin resultan deplorables, conducen a la nada, pero hay que asociarse con él en la defensa del derecho de autodeterminación de los pueblos y el principio de no intervención, lo mismo con relación a Noam Chomsky y otros neo-marxistas. Eso en el ámbito internacional.
  
Sólo mediante la formación de un FNDPA fuerte y capaz de movilizar masas como hacen los movimientos de indignados, se podrá obligar a los partidos de izquierda con registro a responsabilizarse de una plataforma electoral que permita regresar al camino de la Revolución Mexicana, sólo un FNDPA fuerte puede traer la posibilidad de que el siguiente sexenio México pueda salir de este atolladero neoliberal de crisis y violencia general.

Como tarea urgente habría que iniciar charlas a nivel dirección con los sindicatos y con los grupos nacionalistas en el PRI, hay que charlar con los cardenistas, hay que revisar las conductas de los líderes de organizaciones sociales y acercarse a quienes no se vendan tan fácil, convencerles de que es mejor trabajar para todos los mexicanos que ser egoístas. Hay muchos ejemplos en la historia reciente para convencerles de esto.

A nivel internacional, habría que pedir asesoría a los que lograron la victoria de Ollanta Humala en Perú sobre la forma en que lograron constituir ese frente que les llevo a la victoria y con esto iniciar también la inclusión de los mexicanos al frente latinoamericano antiimperialista al que han dado el nombre de ALBA.

La tarea es difícil y no hay mucho tiempo.

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